| Cuando se pedalea de pie los músculos que se usan no son  exactamente los mismos que cuando se pedalea sentado. Aunque presenta  ventajas como permitir aplicar una fuerza mayor tiene inconvenientes, lo  que hace de su buen uso un arte. 
 
  Todo  el mundo se inicia en el pedaleo sentado sobre el sillín, pues favorece  el equilibrio. Pero aprender a pedalear de pie es un complemento  indispensable para quien quiera disfrutar de todas las posibilidades del  ciclismo. Por una parte nos permite salir de un apuro en terreno llano,  sea para remontar un corto repechón o para esprintar. También supone  una higiénica medida para reducir durante un tiempo la presión del  cuerpo sobre la sufrida próstata del ciclista masculino y además se  mejora el riego sanguíneo en la zona. En el caso femenino, obviamente,  las partes de la anatomía que se aligeran de la presión son otras, que  también lo agradecen. Sin dudar lo mejor para la salud es levantarse del  asiento cada pocos minutos. Pero donde el pedaleo de pie puede usarse a  pleno rendimiento es en las escaladas de puertos, alternándolo con la  posición sentada. En pie sobre los pedales recuperamos una posición de  la cadera más parecida a la de la marcha y la carrera, salvo que  nuestros pies ahora están encadenados a los pedales.
 
 
 
 
  
 Subiendo escalones
 En  pie sobre los pedales hacemos un ejercicio parecido a ir subiendo  escalones de una altura aparente del doble de longitud de la biela que  uses: 34-36 cm; pero más fáciles de subir puesto que en realidad el  desnivel superado es menor de 34 cm. La razón es esta: subiendo un  “escalón” haces medio ciclo de pedaleo, por lo tanto tu plato ha girado  medio recorrido. Es decir, si estás subiendo con un 42x21, con un golpe  de pedal el plato completará medio ciclo, pero siendo el doble que la  corona (42x21) obligará a avanzar a la rueda una sola vuelta, con sus  207 cm de circunferencia.
 Esto significa que en un duro puerto del  10%, avanzarías por el asfalto esta distancia, lo que supone, por lo  tanto, 20,7 cm de desnivel ganados, no 34cm. Aproximadamente una altura  como la de los escalones habituales (no creo que sea ninguna casualidad)  pero con el peso añadido de la bici a cuestas. A 60rpm con 42x21  subirías dos escalones por ciclo, dos escalones por segundo, estos 41,4  cm/s equivalen a unos 1500m/h..... lo que permitiría al lector subir el  Alpe d’Huez en 52 minutos.... Pocos aficionados suben así de bien y por  ello necesitan desarrollos más suaves.
 
 
  
 La técnica
 A  veces se dice que al pedalear de pie el peso del cuerpo “te ayuda”. No  es correcto. Si no lo crees, prueba a incrementar tu peso con una gran  mochila para “ayudarte”. De pie sobre los pedales, tu peso es el  verdadero estorbo que hay que levantar dos veces por segundo para poder  seguir a 60 revoluciones por minuto de cadencia. Además los buenos  escaladores suelen ser de poco peso Es fundamental que, al igual que en  una carrera a pie, no oscile el centro de gravedad de nuestro cuerpo  arriba y abajo, pues eso sale caro en términos de rendimiento. La imagen  mental a retener es que, más que subir tú arriba de un escalón (el  pedal que está en alto), tu vas a hacer bajar los pedales, sin que el  cuerpo suba respecto al suelo. Más arriba de tu pelvis nada debe subir o  lo pagarás en pérdida de rendimiento.
 Si el lector se fija en el  pedaleo de los profesionales observará que su cabeza no da saltitos  apenas, ni siquiera en los demarrajes) y su cuerpo no va cayendo como un  saco a ambos lados de la bici. Para trasladar tu centro de gravedad y  realizar la fuerza adecuada necesitas cambiarlo de un lado al otro. Para  hacerlo es mucho mejor mover la bici que dar bandazos con el cuerpo,  tal como hacen ellos, forzosamente dos veces por cada ciclo de  pedalada... y mientras el cuerpo está de pelvis hacia arriba básicamente  quieto! Sólo usaremos obligatoriamente los brazos, para mover  acompasadamente la bicicleta de un lado al otro, generalmente cada medio  segundo aproximadamente (a 60-75 rpm).
 Ladeando la bici ahorras  esfuerzo en las piernas, pues tus brazos enderezan la bici realizando la  fracción del esfuerzo que te has ahorrado antes al encontrar el pedal  algo más bajo, unos tres cm y mejor situado bajo tu centro de gravedad.  El movimiento lateral unido al hecho demostrado de que de pie se cansa  uno más que sentado en el sillín, nos hace disminuir la cadencia hasta  un ritmo parecido al de la carrera a pie. Es un hecho experimentado por  todos que, para escalar a una misma velocidad, es más cómodo usar un  desarrollo algo más duro si pedaleamos en pie.
 Este movimiento  armonioso de mover con las manos lateralmente el manillar puede hacerse  perfectamente sin ninguna crispación, como cuando vemos un ciclista de  pie con las manos en las gomas de las manetas los dedos relajadamente  abiertos. En cambio, quien pedalea clavado, al no poder doblegar el  desarrollo en el punto más duro del pedaleo, aprovecha para tirar más o  menos fuerte del manillar hacia arriba para superarlo con la ayuda de  los brazos. Esto tiene lógica en un profesional esprintando unos  segundos (a veces incluso dañan el manillar), pero es absurdo ver así a  un aficionado que pasa una hora subiendo un puerto. Como estirar del  manillar hacia arriba una vez con cada brazo, para ayudar al pedaleo,  puede ocasionar dolores de espalda.
 La fuerza de los cuadríceps es  más que suficiente para pedalear a pocas rpm, pues cualquier aficionado  puede mover en la prensa de piernas de un gimnasio 100 kg muchas veces  (50 kg por pierna) a ese mismo ritmo. Es natural, ya que cuando subimos  unas escaleras cada pierna carga con todo nuestro cuerpo. Pero en bici  es recomendable un ritmo de 60-100 (llaneando), con lo cual, salvo en el  pedaleo de pie, la fuerza que podemos aplicar sin agotarnos es menor.
 
 Las ventajas
 No  son tan evidentes como parece. Por ejemplo, pedaleando sentados el  consumo energético es menor pues no movemos más que las piernas, pero en  contrapartida, sentedo disponemos de menos fuerza para aplicar en el  punto más duro del ciclo de pedaleo, que se supera mejor estando en pie  como cualquier chaval que tiene su primera bici sin marchas ha  comprobado en las cuestas. Además de pie se benefician las arterias  ilíacas de la parte anterior de la cadera, que no quedan comprimidas  (cuando vamos sentados sí) y circula mejor la sangre, rindiendo mejor la  musculatura.
 El pedaleo de pie cae a sólo a una cadencia de 60-70  rpm, los ciclistas no suelen desear más cadencia (excepto Amstrong) y el  corazón indica que el umbral anaeróbico es de 5-10 latidos más alto.  Esto es muy curioso, pues significa que en pie aguantamos mejor las  pulsaciones altas, probablemente por una ventilación mejor. Además las  caderas se mueven más ampliamente y la posición permite efectuar  demarrajes (aceleraciones bruscas).
 
 
  
 Inconvenientes
 Hay  otros problemas además del mayor consumo de oxígeno. Suele pedalearse  de pie a bajas velocidades, que es precisamente cuando hay que aplicar  mejor la dirección de las fuerzas a los pedales, pues la poca inercia  del ciclista a baja velocidad no le permite pasar el punto muerto con  facilidad como en llano yendo rápido. Un inconveniente menor es que  escalando de pie, el centro de gravedad se desplaza hacia delante y hay  menos peso en la rueda trasera. Esto disminuye su agarrre, cosa que no  es un problema en el asfalto seco, pero sí en los firmes de mala  calidad, como los del ciclocross (donde prácticamente no se usa) o en la  bici de montaña, donde se usa como un verdadero arte en pendientes  fuertes, siempre ayudado por una cubierta de gran rozamiento incluso en  la zona central, siendo imposible con cubiertas lisas de buen  rendimiento en llano.
 
 El estilo de Pantani
 Fue  tan espectacular que merece una líneas a parte. “El Pirata” creó su  propio estilo de pedaleo en pie, agarrado en la parte baja del manillar  para desplazar al máximo su cuerpo hacia delante y aplicar el máximo de  fuerza, además mejoraba el reparto entre los músculos de la propia  pierna usando mejor los isquiotibiales para subir. Si el lector prueba a  poner su peso muy adelantado (pero no hace falta que se agarre en la  parte baja) podrá apreciar qué bien puede lanzar las rodillas hacia  arriba en esa posición, pedaleando a base de usar los isquiotibiales,  muy lejos del pedaleo en pie que hacemos habitualmente. De esta forma el  pedaleo de pie “estilo Pantani” permite descansar alternativamente  partes de la musculatura. Merece la pena probarlo, aunque sea sólo por  una vez porque es sorprendente.
 
 
  
 Por  si fuera poco obtenía un aerodinamismo mayor, que a los 20 km/h o más a  los que solía escalar le suponía una ventaja modesta pero nada  despreciable a la hora de arañar segundos al crono en la línea de meta.  La desventaja de su estilo es, por una parte, la incomodidad de la  posición para respirar, aspecto básico en las subidas, donde el  diafragma debe subir y bajar cómodamente. Probablemente por esta  incomodidad alternaba “El Pirata” la posición sentada con su personal  postura en pie con la que se relanzaba continuamente.
 De pie debes  desplazar el centro de gravedad hacia delante (pues no estás sentado).  Si tu peso está apoyado pasivamente todo el tiempo sobre el manillar,  éste no te ayuda para nada a escalar. Comparativamente, estás apoyando  tu cuerpo como un objeto en la barandilla de una escalera con la  esperanza de poder ascender más descansado los escalones, pero el cuerpo  hay que remontarlo. Por el contrario, el peso del cuerpo, una vez  levantado debe ‘entregarse’ a fondo en cada biela, alternativamente, a  tope cuando están casi horizontales, para aprovechar bien el esfuerzo.  El encadenamiento natural de estos gestos a buen ritmo es esa  maravillosa armonía que los franceses llaman escalar bailando (“en  danseuse”).
 Un error de principiante consiste en bajar descolgándose  “hasta el fondo” en cada costado, dando bandazos profundos, como  esperando que haya un poco de rebote, parecido al de la carrera a pie.  Pedaleando no hay nada. La biela no es elástica. Si presionas hacia el  suelo en la parte baja te quedas clavado. Por eso, aunque estés de pie  en los pedales, en la zona baja del pedaleo ya hay que aplicar la fuerza  para girar el pedalier, no para descender verticalmente.
 Subiendo de  pie se consume más energía, más oxígeno, suben más las pulsaciones...  pero a pesar de todo, la musculatura agradece los cambios de postura y a  la poca velocidad con que se escala, la pérdida de velocidad por el  menor aerodinamismo yendo erguidos es exigua. Tan solo entre los grandes  escaladores, que suben todos los puertos a más de 20 km/h, la posición  aerodinámica subiendo puede marcar la diferencia. En cualquier caso, es  más económico ir sentado, por lo que los profesionales restringen el  pedaleo de pie al mínimo durante las zonas llanas cuando buscan el  máximo rendimiento, como en una contrareloj.
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